Tecnología trabajo remoto

Cómo el COVID-19 aceleró la tecnología y la innovación

El año pasado el mundo que conocíamos cambió por completo. Nos quedamos en nuestras casas, tuvimos que aprender a hablar con otros seres humanos a través de una pantalla y realizar nuestras tareas básicas a través de la tecnología.

Algunas herramientas que eran utilizadas por un grupo minoritario de personas, como el teletrabajo, el e-commerce o aplicaciones de videoconferencias y gestión, aumentaron en un 129% su uso a nivel mundial.

Es el caso del 5G, red móvil que estaba siendo proyectada para los próximos años. Con la pandemia y las restricciones, el tráfico de datos por internet aumentó exponencialmente por lo que se hizo necesario adelantar el estreno de esta tecnología.

Así como se implementó el 1G para que pudiéramos utilizar teléfonos móviles, el 5G representa la quinta generación de este tipo de tecnología.

Entre sus ventajas está una mayor velocidad de conexión, casi a tiempo real. Además, mayor ancho de banda para que más dispositivos puedan estar conectados como refrigeradores, lavadoras y casas inteligentes.

Pero su implementación no ha estado lejos de la polémica, ya que algunas organizaciones civiles han alertado sobre los posibles riesgos cancerígenos de exponerse a este tipo de radiofrecuencia.

La OMS informó que no hay una prueba científica convincente aún de que esta herramienta sea un riesgo para la salud de las personas.

Robots y limpieza tecnológica en hospitales

Debido a la pandemia y el riesgo de contagio, los centros hospitalarios fueron el foco del desarrollo de nueva tecnología para mejorar el trabajo de los funcionarios de la salud y evitar la propagación del virus.

En Chile, específicamente en la Clínica Alemana de Santiago, el robot Eva es un puente entre el médico y paciente.

Tecnología Robot Eva
Robot Eva en el Hospital Padre Hurtado

Tiene una pantalla que permite mostrar el rostro del profesional y generar interacciones a través de un micrófono. Este robot es de origen chino y se utiliza también en centros de salud de Europa y Asia.

En el Hospital Clínico de la Universidad de Chile otro robot hace de intermediario entre médico y paciente. Es Pudú, un aparato diseñado por profesionales y estudiantes de la Universidad de Chile y que fue confeccionado bajo los estrictos estándares de salud.

Los robots no son los únicos protagonistas en esta nueva era post-Covid. En el Hospital de Talagante en Chile se desarrollaron superficies autosanitizantes en la UCI y Urgencia. Usan tecnología basada en nanopartículas de cobre y se activa con la luz solar.

Incluso el cobre se está utilizando como pintura para centros asistenciales. Atacama Lab desarrolló Copper Armour, una pintura que se aplica en superficie y que contiene las preciadas nanopartículas de cobre que disminuyen el riesgo de contagio.

La descentralización del trabajo y la tecnología

Millones de personas perdieron su empleo el año pasado producto de la pandemia. Las áreas más afectadas fueron el comercio, el turismo y la construcción.

Quienes podían trabajar de manera remota tuvieron que adaptarse a esta nueva realidad. Esto trajo la ventaja de no tener que utilizar transporte público o el automóvil, pero la desventaja de tener que lidiar con problemas domésticos o atender a los hijos.

Algunos países tuvieron que legislar sobre el teletrabajo, para evitar la sobrecarga de los trabajadores. Esto, debido a que no es una metodología que se utilizara de forma masiva antes de la pandemia.

Esto llevó al surgimiento de muchas aplicaciones y emprendimientos de gestión. Según Microsoft, los servicios de su nube aumentaron un 775% en el año pasado.

El teletrabajo también provocó otro fenómeno: la descentralización del empleo. En Chile, algunas empresas ubicadas en Santiago comenzaron a contratar personas de otras regiones para que trabajaran de manera remota.

La influencia de estos cambios en la vivienda

En el último trimestre del año cuando el mercado inmobiliario comenzó a reactivarse, se informó sobre el aumento en la búsqueda de arriendos fuera de la capital, principalmente cerca del valle o de las playas.

Y no solamente arriendos, también se vio un éxodo de habitantes de la capital hacia las regiones, especialmente el sur de Chile.

Este fenómeno se podría explicar debido a que Santiago ha concentrado durante la pandemia la mayor cantidad de casos de COVID-19.

Pero con la posibilidad incierta de volver o no a la oficina, muchas personas están sufriendo de estrés al ver su hogar perder el valor de lugar de descanso y entretenimiento.

Así aparecieron aplicaciones como Uroff, que da una solución intermedia para los trabajadores. Esta herramienta muestra espacios habilitados para el trabajo desde hoteles hasta juntas de vecino y cafés.

El objetivo es que los trabajadores encuentren un espacio que esté cerca de su casa y donde puedan concentrarse sin tener las distracciones de la casa.

Otra de las actividades remotas a las que nos tuvimos que acostumbrar fue la compra online. Según la Cámara de Comercio de Santiago, en la pasada Navidad el 75% de los consumidores comprar sus regalos a través de Internet.

Pero no todas las empresas estaban preparadas. Luego de cientos de denuncias por problemas en la entrega de sus productos, el holding Falabella que anunció una inversión de 796 millones de dólares para este año enfocada en la plataforma de e-commerce.