sustentabilidad agua

Sustentabilidad del agua en Chile: alianzas y confianza social

Chile decide cómo se gobernará en un futuro marcado por el cambio climático, donde la seguridad hídrica será un reto clave. Requerirá de alianzas y confianza social en la gestión de sustentabilidad del agua.

La pandemia de la COVID-19 que asola al mundo entero ha evidenciado la importancia que tiene el acceso al agua potable y al saneamiento. En tanto que recurso vital para mantener las manos limpias y evitar contagios. Además, como herramienta de alerta temprana epidemiológica a partir del control de las aguas residuales.

Sin embargo, la propia crisis sanitaria ha descubierto la importante brecha en el acceso a estos derechos humanos. Y el camino que aún queda por recorrer en todas las regiones del planeta.

El futuro de la sustentabilidad del agua

Es un camino en el que urge adoptar medidas. Según Naciones Unidas, para 2050 el crecimiento de la población hará que aumente un 55% la demanda de agua. Esto, en un contexto de calentamiento global y cambio climático, lo que sin duda dibuja un escenario de mayor estrés hídrico en todo el planeta.

Sequías prolongadas y frecuentes, así como fenómenos climatológicos adversos y cada vez más frecuentes, provocarán inundaciones. Estas serán agravadas por la subida del nivel del mar y el deshielo, amenazando la débil seguridad hídrica. De hecho, según la OCDE, en los próximos años serán necesarios 6,7 billones de dólares para adaptar las infraestructuras de agua. Además de saneamiento a los desafíos que se plantean.

Así se ha puesto de manifiesto en el primer conversatorio que el Foro de la Economía del Agua. Se ha organizado con motivo de la celebración, el próximo 22 de marzo, del Día Mundial del Agua. En el que se ha querido reivindicar la importancia del conocimiento científico sobre el agua y su difusión. A través de iniciativas de divulgación y debate, para poder valorar este recurso en todas sus facetas.

Por la sustentabilidad del agua en Chile

Bajo el lema “Por la sustentabilidad del agua en Chile” el Foro da así el pistoletazo de salida a una serie de encuentros.En ellos, en palabras de  Francisco Lombardo, su fundador, se pondrá el foco en las alianzas y la colaboración de todos los agentes. Tanto los que toman parte en la gestión de los recursos hídricos públicos y privados. Porque, “sin alianzas no es posible afrontar con éxito los grandes retos a los que nos enfrentamos, entre ellos el cambio climático y la sustentabilidad del agua”.

Lombardo ha resaltado que “el futuro requiere acción y no meras declaraciones de intenciones, y en el Foro de la Economía del Agua lo estamos materializando en una red de alianzas en las que hemos involucrado, no solo a las universidades, sino también a las empresas y la sociedad civil”. Así lo aseguró, al tiempo que insistió en la importancia de fomentar acciones consensuadas. Máxime en el momento de cambios que afronta Chile, para que estas sean válidas a largo plazo y trasciendan varias generaciones.

Oriana Romano, jefa de la unidad de Gobernanza del Agua y Economía Circular de la OCDE, ha explicado que en Chile, en pocos años el 90% de la población vivirá en núcleos urbanos. Y aunque el país garantiza el acceso al agua potable y saneamiento al 95% de su población, aún tiene camino para mejorar en la gestión de los recursos hídricos. En las áreas rurales y especialmente en el centro del país, donde queda desarrollo minero y agrícola a pesar de la sequía, cada vez más pertinaz”.

Hay problemas para identificar quién hace qué

Para Romano cuando hablamos de crisis de sustentabilidad del agua hablamos también de crisis de gobernanza. Un problema que es local a la vez que global. Cuando falta coordinación entre los actores, “hay riesgo de duplicidades en la regulación. Fragmentación institucional y sectorial con múltiples actores implicados sin coordinación, lo que agrava los riesgos del cambio climático relacionados con el agua. Hay problemas para identificar quién hace qué”.

En este sentido, Oriana Romano ha insistido en que el marco de gobernanza multinivel es fundamental y ha identificado varios obstáculos para avanzar en gobernanza. La falta de financiación y capacidad técnica y capacitación, la falta de confianza en la integridad y transparencia en la implementación de las políticas. Además, la falta de visión holística de los recursos hídricos.

“Hacen falta políticas adaptadas, y lo que más falla es la implementación, no solo el qué vamos a hacer, sino cómo vamos a hacerlo y a qué actores hay que implicar”. Así añadió Romano, al tiempo que afirmaba que la inversión tiene que ir adecuada al riesgo hídrico, y deben combinarse estructuras grises con soluciones basadas en la naturaleza y estrategias de gestión del agua integrales. “Es importante enfocarse en las oportunidades de la economía circular para el agua, un recurso circular de manera natural”, ha insistido.

vaso de agua llenándose
«La inversión tiene que ir adecuada al riesgo hídrico», dice Oriana Romano

Hay un aspecto en el que han coincidido varios de los académicos y expertos en gestión del agua chilenos. En la disfunción existente entre la realidad jurídica de los recursos hídricos como bien público y la percepción de la sociedad en torno a la gestión.

Alejando Vergara, profesor titular de la Facultad de Derecho en la UC Chile, ha explicado que “la realidad de las aguas es muy singular y requiere una mirada muy especial desde la economía, la sociología y la ciencia política del agua a cada uno de sus fenómenos y los colectivos que la utilizan”.

De cara a la reforma de la constitución chilena, “es importante analizar por qué la sociedad siente que las aguas no son bienes nacionales de uso público, aunque así esté contemplado así jurídicamente”. Así lo afirmó Vergara, que considera que en los últimos años se han incorporado nuevos valores respecto al agua en Chile. Como el concepto del agua como derecho humano, y también como elemento económico.

Ha advertido de las consecuencias de querer transformar las políticas en derecho, y ha llamado a tener los ojos muy abiertos a la singularidad del agua. Que pese a ser jurídicamente un bien de nacional de uso público, se percibe como privativo por el conjunto de la sociedad chilena. Obviando la importancia de lo que es una concesión y un derecho real administrativo.

Conversatorios del agua

Claudia Papic, gerente general del Fondo de Agua Santiago-Maipo y directora ejecutiva del Instituto de Ecología y Biodiversidad, ha explicado que respecto de los recursos hídricos todo va bien hasta que se produce un desequilibrio entre la oferta y la demanda.

“El desequilibrio entre la oferta y la demanda del agua, exacerbada por el cambio climático, el aumento de la demanda y el desarrollo económico, que usa cada más agua, es la principal amenaza para la gestión de los recursos hídricos en Chile”. Así lo señaló Papic, quien añade que los desafíos que ha de afrontar Chile no se pueden articular solos. “Hay que congregar a todos los actores que participan en la cadena de toma de decisiones relacionadas con los recursos hídricos. Cada uno debe contribuir desde sus capacidades humanas y financieras para encontrar las soluciones ya. No solo definir lo que hay que hacer, sino adoptar las acciones y definir cómo se implementan”.

Papic ha puesto como ejemplo el pionero enfoque colaborativo aplicado a la Cuenca del Maipo. Apoyado en soluciones grises y verdes, basadas en la naturaleza, para afrontar la gestión de los recursos hídricos con una visión integral de toda la Cuenca.

“La seguridad hídrica tiene cinco vertientes: doméstica, ambiental, urbana, resiliente al cambio climático y económica. Hay que asegurar todas estas vertientes con agua suficiente en cantidad y calidad”, ha concluido Papic.